miércoles, 1 de julio de 2009
El Patito que no Quería Bañarse
Había una vez... un patito a quien no le gustaba para nada el agua. Mama y Papá Pato estaban muy preocupados porque cada vez que llamaban a sus patitos para bañarse en el
lago, uno de ellos salía corriendo y se escondía en alguna parte.
— ¡¡Eso no es cosa de patos!! ¡Donde se ha visto que a un pato no le guste el agua! —gritaba Papá Pato.
Sus hermanitos, en cambio, formaban fila para zambullirse y disfrutaban del chapuzón. Hasta que un día, sus papás decidieron ponerse firmes.
— ¡Esto no puede seguir así! ¡Tendremos que obligarlo! —
Al día siguiente, cuando la los llamó para bañarse, el patito desobediente corrió como siempre a ocultarse en algún escondite. Pero esta vez su papá corrió detrás, decidido a atraparlo.
El chiquitín se metió entre unas plantas, pero como la noche anterior había llovido mucho, patinó en el barro y se clavó de cabeza en él. ¡Pobre patito! Sólo sobresalía la punta de su colita. Sintió los pasos de su papá que se acercaba chapoteando en el barro, y quiso buscar un escondite mejor.
Se enderezó y salió corriendo nuevamente, pero tenía la cabeza llena de barro y no podía ver nada. Corrió y corrió basta que... ¡¡¡PLASHH!!! ¡Cayó al agua!
¿Y saben qué paso entonces? ¡¡DESCUBRIÓ QUE EL AGUA ERA ALGO
MARAVILLOSO!!
La zambullida le pareció muy divertida y en seguida se puso a jugar y nadar con sus hermanos.
Desde ese día, cuando Mamá Pato llamaba: — ¡A bañarse, patitos! —, nuestro amigo era el primero de la fila.
Y nunca tenía apuro para salir del agua.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Babe,
ResponderEliminarYa sé que los cuentos de miedo no son tu especialidad. Pero tus nietos y sus amigos son fanáticos de "Devuélveme mi Hígado" y "El Anillo".
Talvez lo puedas invitar a tu hermano Turi para que los documente en éste blog, y no se pierdan. Hay más de uno de la cuarta generación que salió parecido a tu papá....
Besos, Leo