viernes, 22 de mayo de 2009

La Mariposita Vanidosa



En una mañana soleada estaba Don grillo descansando en el jardín, cuando le pareció escuchar un sollozo muy cerca de allí. Muy curioso, se dio vuelta y vió a una mariposita llorando desconsoladamente.




Qué te pasa, niña?_le preguntó. Pero ella no le escuchaba; sólo seguía llorando y se lamentaba: ayayay! Qué desgracia la mía...! Don Grillo se acercó más y le preguntó : puedo ayudarte?

- Noooo...buaaaaaa....
-Por qué no me cuentas qué te pasa? Yo he ayudado a mucha gente por aquí.
-Acaso es usted mago...?
-No, no lo soy, pero tengo muchos amigos y ellos me ayudan a solucionar problemas.

La mariposita ya no lloraba sino que escuchaba atentamente, y se decidió a hablar.

-Pues verá: esta noche hay una fiesta muy importante en el Parque de la Ciudad, donde elegirán a la mariposa más elegante...y..y.. y yo...buaaaaa....mire usted mis alitas....son un desastre!
-Epa! Qué te pasó?
-Se me engancharon en un rosal y se rasgaron....¡No voy a poder ir a la fiesta!
-A ver..a ver.. déjame pensar... Ya sé!! Te llevaré a ver a mi amiga la arañuela roja del jazmín! Es una experta tejedora!
-Y usted cree que me ayudará? Esa señora está siempre malhumorada!
-Bah! No la conoces bien! Lo que pasa es que tiene mucho trabajo; pero ya verás que es solidaria. Y entenderá que lo tuyo es una emergencia.

Y fueron los dos hasta el jazmín y la arañuela respondió en seguida al llamado de Don Grillo, escuchando muy interesada la explicación de la mariposita, entre sollozos, por supuesto. Y luego, la gran pregunta:

-Podrá usted ayudarme?
-Por supuesto, niña! Pero hay un problema: yo sólo tejo en color gris.... Mis hilos no son coloridos...
-Ay, no!! Qué aburri....

Pero no pudo terminar la palabra porque Don Grillo le dio un pisotón para que se callara, antes de que la arañuela se ofendiese.

-Bueno...no importa -dijo el grillo- Creo tener la solución para eso. Así que...manos a la obra, señora araña, si es tan amable.
-Cómo no!

Y la arañuela, con gran maestría, dio forma nuevamente a las desgarradas alas.
-Ya está! -dijo satisfecha- Quieres mirarte en el bebedero del jardín?
-No hace falta! -contestó Don Grillo, y se llevó a la mariposa rápidamente, antes de que pudiera balbucear una queja.


-Adónde vamos, con tanto apuro?
-Cómo, no estabas tú apurada? Iremos a visitar a mis amigas las vaquitas de San Antonio que son grandes artistas. Ellas se encargarán de colorear tus alas.

-Y querrán hacerlo?
-Claro que sí! Ya verás que no todos son egoístas como tú...que sólo piensas en tu vestido...en tu fiesta...

Y así fue: Apenas sintieron la música del grillo, las vaquitas salieron de su escondite en una flor y escucharon fascinadas la explicación de Don Grillo. Muy divertidas, se pusieron a zapatear sobre las alas de la mariposa , pintándolas con el polen adherido a sus patitas.



Entonces sí, Don Grillo la acompañó hasta el bebedero para que se mirara en el agua.
¡La mariposita no podía creerlo, sus alas eran las más bonitas que había visto!
Y esa noche... ¡fue elegida la reina de la fiesta!
Y todos sus amigos del jardín estaban allí para aplaudirla, orgullosos. Hasta la arañuela, que jamás había ido a una fiesta!