martes, 16 de junio de 2009

La Noche de los Bichitos de Luz



En una hermosa noche de verano, en las Sierras de Córdoba, escuché a una lechuza campestre contar esta interesante historia:

“–Una vez me contó mi tatara-tatara abuela, que hace muchos, muchísimos años , una lechuza como ella y como yo tuvo la suerte de estar presente cuando aparecieron los primeros bichitos de luz."

"Esto ocurrió en una noche muy calurosa, de luna llena, en que la lechuza se paseaba por el campo buscando algún ratoncito para cenar. Pero, con ese calor... ¡ni los ratones salían de sus cuevas!"

"De pronto, vio que se acercaba una nube de bichitos que volaban muy apretaditos y con cara de susto. "

-¿Adónde van ustedes a esta hora sin su papá o su mamá? ¿Qué están buscando?

-Eees que...estamos buscando a nuestros papás. Salieron para traernos comida y no han regresado. Tenemos hambre y miedo.

-Sí -agregó otro-, y además estamos perdidos; no sabemos cómo regresar a casa.

-Pues eso es muy serio, porque sus papás los deben estar buscando.

-Y...usted que es tan sabia... ¿no podría ayudarnos?

-Yo los acompañaría... pero debo cuidar mis huevitos. Si los dejo solos, los ratones de campo podrían robármelos.

-¿De noche?

-Sí, salen de noche a robar comida. Son muy sinvergüenzas. Pero... ¡tengo una idea! El Duende de los Caminos seguramente tiene algún truco para ayudarlos. El proteje a los viajeros perdidos.

-¿Y dónde podemos encontrarlo?

-Busquen en cualquier árbol. Le gusta ocultarse entre las hojas, porque es verde...

"Y así partieron los bichitos en busca del Duende de los Caminos, quien enseguida les salió al paso:"

-¿Me necesitan ustedes? ¿Acaso están perdidos?

-Sí, lo estamos. De pronto se puso muy oscuro y no podemos encontrar nuestro nido. ¿Usted puede acompañarnos?

-Mmmm...Yo no puedo apartarme del camino pues debo ayudar a los caminantes. Pero... se me está ocurriendo algo:

-Tomen esta hoja de Acanto, y extiéndanla sobre un charco; acuéstense sobre ella boca arriba y en cuanto salga la luna , su luz se reflejará en el charco e iluminará sus cuerpitos. En ese momento, ¡salgan volando rápidamente! ¡No se demoren por nada, miren que es muy importante que hagan esto muy rápido! Se llevarán prestado un rayo de luz de la buena Luna, y sus cuerpos serán como farolitos chinos encendidos en la noche.

–¿¿¿De veras??? ¿Y la Luna no se enojará?

–No lo sé. ¡Pero vayan rápido, que ya está por salir!

"Los bichitos hicieron al pie de la letra todo lo que les había dicho el Duende, y regresaron felizmente a su casa."

"Desde entonces llevan en sus vientres esa luz de luna. En algunas noches de verano los vemos revolotear de un lado al otro en el campo o el jardín. Pero.... dicen los viejos campesinos, que no salen en las noches de luna llena porque tienen miedo de que la luna les arrebate su luz. Yo misma he tratado alguna vez de atraparlos, para ver de cerca cómo son, pero se me han escapado tan rápidamente como llegaron. Ahora me conformo con verlos revolotear en el jardín, como diminutas estrellas fugaces."



4 comentarios:

  1. Este no lo había escuchado nunca! Hermoso!

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  2. Pensando en voz alta:
    además de ser potentes herramientas de educación y enseñanza, los cuentos inventados y personalizados antes de dormir permiten establecer un nexo fortísimo con los niños. Al ser originales cada día, quien los cuenta exige dedicar toda su capacidad y atención, aunque sólo sea durante ese momento; y eso es algo que los niños, acostumbrados a ser el centro de atención de actos, pero no de pensamientos perciben con gran agradecimiento y entusiasmo. Y al personalizarlos, los padres, en este caso es la abuela (la Babe) se obligan a escuchar y atender a sus hijos o nietos, y los niños se sienten verdaderamente especiales. Esa carga emotiva tan grande es otro importante factor que facilita la memorización y asimilación de lo enseñado en esos cuentos. Además, contar cuentos sin libros ni dibujos, con la habitación en penumbra y los niños acostados, tal y como lo hacía Rita, es una ayuda muy eficaz para contrarrestar la falta de atención que tienen muchos niños actualmente , provocada por vivir en un mundo con tantos sobre estímulos visuales. Bajo la débil luz del pasillo, y con la tranquilizadora presencia de sus abuela, los niños abren sus oídos dispuestos a transportarse al mundo del cuento, y sin darse cuenta, están aprendiendo a centrar su atención; no sólo eso, además lo hacen utilizando el oído como sentido primario, muy al contrario de lo que habrá sucedido durante el día. Así imagino a la Babe que llena los cuentos y sus personajes de marcados y vivos colores, obligándoles a imaginar cada parte de la peqeña historia.

    No quiero acabar sin hacer notar otra ventajas de personalizar los cuentos. Es una vía increíblemente eficaz para epasar los comportamientos de los niños durante ese día. Aprovechando la cercanía en el tiempo y la frescura de sus recuerdos sobre lo acontecido, mediante el cuento se puede alabar lo que hayan hecho bien, o censurar y tratar de cambiar aquello que no hicieron tan bien. En ese momento emotivo, los niños están tan accesibles y dispuestos, que un cuento que ejemplifique claramente la actitud a seguir será mucho más eficaz que varias horas de sermones y buenas palabras. Rita, gracias por hacernos pensar

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  3. Tío, sabias palabras... Creo que al ejercitar la imaginación, entre tantas otras cosas buenas, se favorece el desarrollo de la creatividad. Yo misma, que no me creía para nada capaz que improvisar una historia me encuentro inventanto cuentos a la noche para Martina! No todos saldrán muy elaborados, ni tan llenos de fantasía y descripciones coloridas, a veces ni siquieran tienen una "super moraleja", pero algo sale... algo que a Martina le encanta, siempre! Los cuentos inventados son infalibles, y debe ser por eso que comentaba el tío Marcelo. Lo que reciben es mucho más que el contenido de la historia en sí.
    Ma, al lado tuyo soy un poroto, eh? jaja, pero voy practicando. Besos y gracias por la inspiración!

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  4. Coincido plenamente con ustedes.La hora del cuento en familia debería ser un "must" en estos tiempos en que se vive apresuradamente. Se crea de ese modo una atmósfera especial, relajada, un rato antes de ir a dormir. Además el cuento inventado genera más expectativa, porque cada vez es diferente; el creador se convierte en una especie de juglar,porque no tiene una versión fija de la historia, y va introduciendo introduciendo cambios motivados por las reacciones y comentarios de la misma audiencia.
    Respecto a la carga emotiva que tiene el hecho en sí, no me cabe duda de que esa es la razón de que mis nietos mayores me hayan insistido para que los volcara a la escritura, en un intento inconsciente de poder re-editar esos momentos vividos durante su tierna infancia.

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